Un Belén pierde el sentido sin el
Pesebre, lugar donde las
Sagradas Escrituras fijan el nacimiento del
Niño Jesús y donde se guardaba a los animales por la noche para protegerlos del frío y de los ladrones, es por eso que en la mayoría de las representaciones navideñas actuales del Portal de Belén al
Niño Jesús se le pone recostado entre pajas dentro de un "pesebre", con la
Virgen María y
San José, y un buey y una mula como anfitriones de la improvisada posada. El pesebre tradicionalmente se suele representar dentro de un portal destechado o en una cueva. Estos matices son importantes dado que solo los más pobres nacían en esas condiciones, entre animales, y el
Niño Dios quiso nacer así, dando a toda la humanidad ejemplo de pobreza.
Sagrario, con buen criterio de madre y abuela, quiere para el
Niño lo mejor, así que harta de verle entre suciedad y animales, representa el
Nacimiento en la mejor casa del pueblo, la casa de piedra en el centro de la mismísima
Plaza Mayor, y dentro de una en una preciosa cuna de madera pintada en azul con adornos florales, hecha a mano también por
Sagrario, hasta con sus sábanas y puntillas de hilo bordadas.
|
El conjunto del Portal podría ser la "casa del rico" |
La magnífica casa de piedra aloja un gran portal donde expone cómodamente a la
Sagrada Familia. La hacienda se encuentra muy adornada e incluso amueblada, en su planta baja, donde descansa el
Niño Jesús, se puede ver que no falta detalle: suelo de cerámica, platos de adorno en la pared, un banco donde descansar, la puerta del patio, plantas ornamentales y detrás de
San José una alacena repleta de cántaros de agua y vino, cestos con viandas, la vajilla...
|
Detalle de la Sagrada Familia |
Los pastores ya se han ido a sus quehaceres y han dejado como obsequio un par de corderitos que miran con curiosidad al recién nacido, mientras las vecinas se acercan a adorar al
Niño y traerle presentes.
|
Portal de Belén a vista de figurilla, desde el arco de la Plaza |
A la izquierda de la escena, una escalera de madera lleva a la planta primera, donde está el salón, que aunque está completamente amueblado, en el montaje prácticamente no se puede apreciar más que la mesa camilla con su mantel a cuadros rojos y blancos y poco más. Delante del salón, coronando el portal, hay una preciosa y amplia terraza con alegres flores y plantas decorativas y un toque muy castellano, una ristra de ajos a secar. También se puede ver una jaula con un canario, que con su cantar calma los lloros del
Niño Dios. A través de la puerta de la terraza se puede atisbar, con ojo de lince, un cuadro en la pared, con un retrato del nieto de
Sagrario,
José Antonio.
Como todas las construcciones del
Belén de mi nieto, esta conjunto también está decorado por detrás, cosa que habitualmente no se ve en los Belenes, que suelen estar pensados para ser vistos de frente. En el lado contrario tenemos a la
Calle de la Cebada, con el corral de los pavos, que pacientemente esperan a que les llegue su hora... la de la cena.
Imresionante. Muy, pero que muy bonito.
ResponderEliminar