Visitanos con frecuencia, el blog del Belén de mi nieto se actualiza constantemente.

Repasa toda la historia de este maravilloso Belén en este blog. ¡Feliz Navidad!

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martes, 28 de diciembre de 2010

Un zoo en el Belén I: aves

Recordad que este Belén tiene como origen el Belén que hizo hace años la abuela Sagrario para que su nieto José Antonio jugase durante las Navidades y además aprendiera a la vez la importancia de nuestras más arraigadas tradiciones, por eso, el Belén de mi nieto, está plagado de animalillos que son parte de ese juego, obviamente dentro del entorno rural en el que ha sido ambientado.

De todos estos animalillos ya hemos reparado varias veces en las ovejas y corderos que forman las distintas escenas pastoriles del Belén y la propia escena del portal, donde los dos corderitos acompañan al Niño en su cuna. En la Calle de las Abuelas nos hemos fijado en la gata Juanita, que acompaña a la abuela Ramona mientras hace punto delante de su casa y en también el perro del pastor que va hacia el portal.

Pero aún hay muchos más animalillos que hacen las delicias de todos los niños que nos visitan todos estos días... os propongo un juego a todos los niños que visitéis el Belén, intentad encontrar a todos estos animalitos, pero ¡cuidado!, no tiréis nada, que es muy delicado, pedid ayuda a vuestros padres...

En esta primera entrega vamos a reparar en los pájaros, ya sabéis, dos alas, dos patas y pico.

Aves de corral. Sin duda son los animales que más abundan en el pueblo, gallos, gallinas, patos y pavos, aunque algunos andan sueltos...

Delante de la puerta de su amo este gallo observa amenazante al buey, que espera a que le acaben de cargar el carro de cántaros de agua.

El gallo Claudio y el buey

A este gallo encaramado en el muro del gallinero le llaman el Despertador, y vigila que no aparezca ningún gato, que abundan por el pueblo...


Despertador, vigilante sobre el muro del gallinero


Por el resto del Belén hay muchos más gallos y gallinas, en corrales, gallineros y picando por las calles... 

Otro gallo, éste dentro de un corral

Pavos y patos, bien cebados... la Nochebuena está cerca

Las gallinas rebuscan en el prado...

... y por los pajares también suele haber suculentos manjares...

¿cuantos gallos, gallinas, patos y pavos has contado? No se te olvide mirar dentro de los corrales y gallineros.


El canario. Dentro de su jaula, cerca del Niño, el amarillo canario alegra sus mañanas ¿has encontrado al canario? 

¿Será Piolín?

Palomas. No hay un pueblo castellano que no tenga palomas. En el Belén de mi nieto no tenemos palomar, pero ya se las arreglan para buscar un sitio donde anidar por los tejados ¿cuántas palomas has contado? 


En el Molino del Arcángel hay unas cuantas palomas...

... y este parece un buen sitio para anidar.

Vista de los tejados de el Belén de mi nieto... busca las palomas.

Ocas. Cerca del río también hay algunas ocas, ¿las has encontrado?




Avestruces. También una gran manada de avestruces corretean por los corrales, ¿cuantas son?



¡INOCENTE!

¡FELIZ DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES!



miércoles, 15 de diciembre de 2010

El montaje III: la decoración

Aparte de la fabricación de las casas, ésta es sin duda la parte más creativa y minuciosa del montaje del Belén de mi nieto. La decoración es la fase en la que se da la vida al Belén: las calles se llenan de tierra y guijarros, las plantas crecen, el musgo se extiende, las flores florecen en los balcones, el río lleva por fin agua, se plantan los árboles... Si ves el Belén de Sagrario apreciarás rápidamente esta fase, la fase de la vida: la decoración.

Al igual que en un pueblo real, la vida emerge allá donde mires, hay plantitas entre las rendijas y en las fisuras, el liquen crece en los árboles, del agua del río salen juncos, las hortalizas crecen en la huerta, hay humedades en los muros, los colores son infinitos y los animalillos están por todas partes.

En el Belén tradicional verás a un buey y una mula, y con suerte unas ovejas con el pastor. En el Belén de Sagrario verás a la paloma cuidando su nido, una planta que ha crecido en un tejado, al gato lamiéndose la pata, al perro del pastor cuidando del rebaño y a un chucho delante de su casa, ovejas despistadas comiendo de una esquina, corderitos que siguen a sus madres fuera del establo, un gallo encaramado a un muro, una ardilla en un árbol y los pavos en un corral esperando a la Nochebuena... podríamos estar horas describiendo detalles interminables que solo pueden salir de una imaginación portentosa, capaz de plasmar en un espacio tan pequeño la esencia de la vida.

El Belén montado, pero casi yermo...
La fase de decoración llevó a Sagrario más de dos días, dos días de creatividad, de un poquito aquí y un poquito allí, mucho detalle y mucho material,

Sagrario cultivando las huertas, los cerros se aran con el dedo
Mas adelante iremos viendo en distintas entradas más detalles sobre la vida del Belén de mi nieto, otros se me escaparán y probablemente los veáis vosotros, ¡Comentadlos en el blog!


martes, 14 de diciembre de 2010

El montaje I: la base

Principalmente durante el puente de la Inmaculada, desde el sábado 4 hasta el miércoles 8, Sagrario se dedicó en cuerpo y alma al montaje del Belén. Como pinches de cocina estuvimos las dos generaciones siguientes, hijo y nieto, molestando más que otra cosa, pero cumpliendo marcialmente con la función tan importante del "vetea": "vete a por más musgo...", "vete a por unas puntas...", "vete a por escayola...".

La jornada comenzó con el montaje de la base del Belén: unos tableros de aglomerado y unos caballetes de madera que donó al Belén nuestro querido Enrique Clérigo, amigo y también socio de la Peña Afición Vallisoletana. Para entrar en calor subimos todo el material hasta el primer piso, en la Sala de Exposiciones, donde Sagrario montaría el Belén.

Tableros y caballetes son la base del Belén
Una vez replanteado el espacio disponible comenzó la faena, empezando por el fondo del Belén: la montaña, quizá la parte más laboriosa de montaje dado que hay que fabricarla "in situ". Con un entramado de listoncillos, tela metálica, sábanas viejas, escayola y todo tipo de pinturas y sprays, Sagrario consiguió un movimiento tectónico como si nada.

La abuela con el nieto "armado" con pistola de cola caliente, su preferida

Poco a poco la montaña fue cogiendo formas, en una labor vamos a decir... "sucia"

Como podéis ver Sagrario no usa guantes, no los "aguanta"

Y al final de la tarde, Sagrario ya tenía la base de un fondo montañoso de Belén aceptable con algo a sus pies que después sería un río. No hay un Belén como Dios manda sin un río.


El sábado lo pasamos entero en la Peña, hasta las diez de la noche, así que el avituallamiento fue sobre la marcha, como los ciclistas, ayudados por una sartén de huevos rotos que Teresa, alma máter de la cantina de la Peña, nos preparó con esmero. Tampoco faltó la constante atención de Sera, que cada dos por tres asomaba por la puerta a ver si necesitábamos algo.